martes, 23 de octubre de 2007

primeros comentarios!

Hola!
Por fin me he decidido a crear este espacio en el que todos podremos compartir opiniones, impresiones y mil puntos de vista sobre los temas que más nos interesen a todos.
Precisamente por eso decidí llamarlo "el camino hacia la libertad", porque realmente es importante disponer de medios para expresar libremente todo lo que se siente y piensa, sin ningún miedo ni impedimento de ningún tipo, a excepción del respeto hacia los demás. Es por eso que quiero dedicar esta primera entrada a la libertad, ese bien tan preciado y tan escaso todavía, a pesar de los grandes avances que se han ido produciendo.
En teoría deberíamos ser libres, tenemos un sistema que dice apoyar esta libertad y que hace leyes que van encaminadas a preservarla y protegerla. Sin embargo, tal vez sea este sistema mismo que trata de que sea una realidad quien pone gran cantidad de obstáculos que no tendrían por qué existir. Un claro ejemplo es el precio tan alto de las viviendas que nos hace estar pagando una hipoteca durante medio siglo y que, sobre todo a los jóvenes, nos obliga a permanecer en casa de nuestros familiares por la imposibilidad de poder pagarla. De este modo quedamos sujetos a un banco, sin importar la entidad financiera de la que se trate, que no nos retiene cinco años o seis, sino entre 45 y 50, que se dice bastante rápido. Las duras condiciones de trabajo que se dan en muchos sitios también suponen un importante recorte a esta libertad que todos ansiamos.
No es que se considere que la libertad no debe tener ningún límite, pero es sumamente arduo establecer qué tipo de límites y hasta qué punto deben existir. Por un lado están los límites que debemos ponernos a nosotros mismos, aquellos que son indispensables para nuestro bienestar y por otro lado encontramos aquellos que debemos tener en cuenta para no dañar a los demás.
Reflexionando sobre esta cuestión y pensando en los límites que debemos imponernos nosotros para lograr nuestra propia felicidad, se me viene a la mente una leyenda que habla de dos hadas que discutían por una cuestión parecida a la que se está analizando: una de ellas opinaba que todo el mundo sería feliz si pudiera hacer en todo momento lo que quisiera, mientras que la otra se mostraba en desacuerdo.
Por fin llegaron a una solución: dejarían en la calle unos zapatos que a simple vista parecerían un tipo de calzado ordinario, pero que realmente eran mágicos, ya que aquel que se los pusiera podría hacer realidad al momento aquello que deseara. Así lo hicieron.
La primera que se los encontró fue una chica que volvía a su casa después de un día interminable de clases. Al verlos allí, tras comprobar que eran de su número, decidió llevárselos puestos hasta casa. Una vez allí se sentó para descansar; se sentía agotada tras un día tan largo y complicado y, como otras tantas veces, pensó cuánto le gustaría ser una de esas modelos que tanto aparecían por televisión. Ellas, pensaba, sólo tenían que mostrarse ante el público y esperar a que todos reconocieran su belleza y talento. De pronto se sintió transportada a un lugar diferente y desconocido: se encontraba en una pasarela haciendo pruebas con otro gran grupo de chicas, todas guapas y brillantes como ella. Al llegar su turno, cuál no sería su sorpresa cuando el encargado de realizar las pruebas oportunas le dijo: "lo siento, pero no puedes pasar esta prueba; con tu 1,70 metros de estatura no puedes pesa´r más de 55kg, deberás cambiar radicalmente tus hábitos para lograr este objetivo". De veras lo intentaba, pero sus esfuerzos eran grandes y sus progresos muy lentos y difíciles de conseguir. En un momento determinado pensaba cuándo y cómo se le habría ocurrido ser modelo. En aquel momento sintió un sobresalto; se encontraba de nuevo sentada en su casa y se sentía como si hubiera despertado de un breve sueño. Tras reflexionar sobre la experiencia que había vivido, algo dentro de ella le indicó que quizás los zapatos tuvieran algo que ver, ya que aquella situación tan extraña se había producido tras encontrarlos en la calle, por lo cual volvió a dejarlos dónde los había encontrado. Por eso, cuando se observa que una persona consigue enseguida lo que quiere o lleva a cabo una idea sin determinar con antelación todas sus consecuencias, se dice que se habrá puesto sin querer los zapatos de la fortuna (no confundir con aquellas decisiones que son meditadas y luego no resultan exitosas). Quizás no sea éste el mejor ejemplo, pero se considera de capital importancia tener en cuenta esta cuestión a la hora de tomar decisiones con cierta importancia en nuestras vidas.
En cuanto a las limitaciones de nuestra libertad con respecto a los demás, es tan obvia y necesaria como la propia convivencia con otros seres humanos.
Por todo ello animo a todos a que sigamos luchando por este bien tan importante y necesario como la propia vida.

1 comentario:

Dafne dijo...

Bueno, solo decirte que me ha gustado mucho la historia de las dos hadas Sarita y me parece muy interesante el comentario acerca de la reforma educativa.
Bueno tambien que gracias a ver qe te has creado tu blog, yo, que llevo tiempo con ganas de hacerme uno, me he animado por fin y lo e echo, te dejo la dire por si quieres visitarlo: www.echandolevalor.blogspot.com

Bueno ya nos vemos el lunes, haber si antes descubres quien soy. jeje.

Muchos bss wapa