lunes, 29 de octubre de 2007

siglo XIX en pleno siglo XXI

Hola!
Erase una vez un lugar en el que aún no había llegado un invento tan antiguo y cotidiano como puede ser un tren o una vía ferroviaria (el primero en España es de *1848*).
Un lugar en el que los únicos medios de transportes existentes son unos autobuses que funcionan según unos.... ¿horarios?, dónde algo tan normal como disponer de una página web donde buscar información resulta impensable.
Un rincón en el que se puede coger una insolación en verano por tener que esperar el autobús durante horas en una... ¿marquesina? inexistente, ya que las paradas están constituidas a veces, y sólo a veces, por una señalización (un posste) en el que se aprecia un cartel donde dice "bus". Digo sólo a veces porque en su mayoría ni sikiera está la señalización,únicamente el autobús se detiene para que se suba.... ¿quienes?
Os hablo de un lugar en el que las reclamaciones caen en saco roto porque quien las recibe desayuna a diario con aquel que debe realizar las oportunas inspecciones para que todo "medio funcione".
ES simplemente aquel pueblo en el que la corrupción urbanística y los incendios forestales intencionados para así poder edificar están a la orden del día y son incluso propiciados por ese Ayuntamiento elegido por aquellos que votan siempre e invariablemente a los mismos gobernantes.
SE trata de una realidad tan increíble como cierta, tan antigua pero actual, tan triste y tan cercana que resulta casi imposible pensar que aún siga existiendo. Casi podríamos decir que esta descripción se ajusta a cualquier pueblo español del siglo XIX o quizás de la primera mitad del siglo XX, o a cualquier lugar del siglo XXI, pero no desde luego de una "ciudad" situada en Estado miembro de la UE.
Sin embargo, la realidad es que se trata de un pueblo situado en el litoral gaditano. Sí, sé que suena raro pero es así. Chiclana de la Frontera forma parte de la provincia de Cádiz, ésta de la Comunidad Autónoma de Andalucía, esta región constituye en gran parte el Estado Español y este país se encuentra integrado en la Unión Europea no desde hace un año ni dos, sino concretamente desde 1986.
Tal y como se plantea la situación, este pueblo sólo tiene dos opciones: o dar un giro de ciento ochenta grados o convertirse en una ciudad extranjera o de gente adinerada que puede permitirse el lujo de no utilizar el transporte público. Desde luego todo aquel que no tenga la opción de conducir o de poseer un vehículo propio, bien porque no tenga dinero suficiente o porque tenga alguna minusvalía que se lo impida, queda prácticamente desterrado de esste "pueblo"..

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